jueves, 11 de agosto de 2011

Razor y Kowski. Asesinos en serie.


Kowski señaló con un círculo rojo el anuncio de la prensa y se llevó el bolígrafo a la boca. Con los dedos de la mano izquierda tamborileaba en  la mesa una melodía arrítmica. Soltó el bolígrafo y cogió la taza de humeante café dejando en la mesa una mancha circular. Mientras bebía miro el círculo que había hecho en el anuncio y después miro la marca de la taza.
            -¡Joder! ¿Hoy toca clase de geometría?, ¡vaya una mierda!-  cogió el bolígrafo rojo y añadió al círculo del anuncio y le dibujó una cola serpenteante. – ¡Mucho mejor joder! Un puto espermatozoide  ¡con dos huevos! –Se echó atrás en la silla y le dio otro trago al café.
            Razor estaba mirando por la ventana el diluvio que caía fuera. Llevaba días lloviendo a mares, una lluvia tan espesa  que apenas diferenciaba el edificio de enfrente.
            -Si esto sigue así, lo vamos a tener chungo para poder salir en unos días. Está todo inundado tío y tengo ganas de liarla Kowski, no sé si aguantaré un día más encerrado en esta leonera viendo tu puta cara. –Se rascó el culo y cerró las cortinas. Acercó una silla a la mesa y se  sentó frente a Kowski.
            Las noticias de la prensa daban asco; inundaciones, la bajada de la bolsa, algún loco que se ha liado a tiros,  revolución en un portal de internet de sus escritores, no sé cuantos desaparecidos este año y las necrológicas que se llevaban unas cuantas páginas.
            -Menos mal que todavía existen personas normales como nosotros  ¿eh Razor?, no podemos salir a no ser que cojamos una maldita barca, pero tenemos teléfono de momento, ¿Por qué no llamamos a una puta y nos lo montamos? ¿Todavía te queda de esa mierda? – se echó el pelo hacia atrás haciendo visibles sus pronunciadas entradas.
            -El teléfono si… - se levantó arrastrando la silla con un chirriante ruido y fue a coger el teléfono- Ves olvidándote de putas cabrón que no hay pasta para eso, mejor mete la polla en el café que será lo más caliente que vas a tener entre las piernas.
Kowski miró la taza de café que seguía en su mano y se la bebió de un trago. Se giró y cogió la cámara de video que colgaba del respaldo de su silla y miró cuanta batería le quedaba. Veinte minutos de grabación.
-¿Dónde vas a llamar?, me aburro tío, necesito un poco de acción y algo que subir al blog que llevamos dos semanas sin poner nada. –Abrió la pantalla de la cámara y enfocó a Razor que empezaba a marcar en el teléfono.
-¿Hola? Gracias a dios, tenemos una urgencia en el edificio  La Palmera Sueca, sí, he escuchado gritos y el sonido de varios disparos, creo que hay alguien herido, por favor vengan rápido. Sí en el cuarto piso del edificio La Palmera Sueca, creo que es el la puerta catorce. Muchas gracias agente. –Colgó y se llevo las manos a los huevos y los apretó mientras se mordía la lengua mirando a la cámara. Estaba en calzoncillos, unos slips de un color, entre blanco y amarillo, ancho y con unas manchas de un amarillo un poco más acentuado en la delantera.
-Guaaau tío, esta vez sí que te has superado ¿pero qué coño pretendes con esa chorrada? ¿Piensas que van a venir los del CSI?, vega ya, pareces subnormal a veces, en cuanto vean que ha sido una falsa alarma investigarán y nos empapelaran. –Seguía grabando todo lo que pasaba.
-¿y por qué va a ser una falsa alarma cabeza de alcornoque?, ¿no decías que te caían mal los vecinos de al lado? –su sonrisa era de telenovela, engatusaba a las piedras. Fue hacia la habitación y del cajón sacó un revólver, una Magnum del cuarenta y cuatro. Abrió el tambor y comprobó que tenía todas las balas.  –Anda capullo, coge el encendedor, el portátil y algo de ropa para los dos. Ah, y no te olvides de sacar a la vieja esa del congelador. –Empezó a vestirse mientras canturreaba.
-¡Joder tío! Ya era hora de que hiciéramos callar a eso dos cabrones, me tienen hasta los cojones con sus grititos de amor todas las noches – Fue hacia la despensa y sacó como pudo a la vieja que había sido la dueña el apartamento del congelador. - ¿saco también al gato? Si, será mejor que lo ponga con la vieja. – Metió en una mochila cuatro trapos de ropa y lo que le había dicho.
Razor se colgó la mochila a la espalda con el portátil. Del cinturón le asomaba la culata de la pistola y empezaba a salir por la puerta. Kowski  llevaba la mochila bien llena y la cámara en la mano.
Se acercaron a la puerta de al lado y escucharon los gemidos placenteros de la pareja. Razor sin pensarlo dos veces dio una patada a la puerta y la abrió produciendo una lluvia de astillas. Kowski lo grababa todo mientras reía. Entraron y fueron directamente al dormitorio, la pareja estaba con los ojos como platos.
-Dispara a esos hijos de puta tío, cárgatelos. –reía como un demente pero no apartaba la cámara de la pareja, que parecían que habían visto al mismo diablo. -¿qué, ya no gimes puta? ¿Y a ti, que se te ha cortado el rollo? –señalaba a uno y a otro con la cámara.
-No nos hagáis daño por favor, tenemos dinero, cogedlo todo –al hombre hizo un intento de salir de la cama y se llevo el primer disparo en el hombro. La sangre empezó a empapar las sabanas y dejó una mancha en la pared. La mujer gritó pero no se movió del sitio.
-¿nos has visto cara de ladrones?, pues no lo somos joder. Solo estamos aburridos y necesitamos un poco de marcha. A ver ¿enséñame las tetas? – La mujer se bajo la sábana y dejó ver una tetas pequeñas y prietas con unos pezones de gran calibre-.  Vuelve taparte no valen para nada.
-Razor tío, la poli debe de estar a punto de llegar, mátalos de una  vez. – casi saltaba de alegría.
-Bien, la poli tardará un rato, con la que está cayendo les costará un poco. –el hombre lloriqueaba mientras se taponaba la herida. Una mancha apareció en las sábanas, se había meado. – Quiero que te folles a tu mujer y quiero que ella grite como cada noche ¿entendido?
-No… no puedo, con el dolor…no puedo-  tenía los ojos cerrados y un color pálido en la cara.
-Razor, que le coma la polla la tía, quiero que se la ponga dura y si no, te los cargas. –se acercó más a la cama y retiro de las sábanas dejando a la pareja desnudos ante la cámara. –Ahora queremos ver cómo te comes la polla de tu marido y a ti quiero ver cómo le comes el coño a tu mujer.  Bien, ti quédate debajo y ella encima, así. –tenía la cámara casi encima de ellos.
-Kowski, me apuesto lo que quieras a que no se le pone dura. – su risa era como la tos de un perro. – ¡quiero que chilléis cabrones! – disparó y le dio a la mujer en las cosquillas. El grito de ella quedó amortiguado por la polla de su marido, el segundo disparo le destrozó la pierna izquierda e hizo que ella seccionara de un mordisco el miembro que tenía en la boca.
- Joder Razor, ahora que empezaba a ponerse interesante… - se había manchado el objetivo de la cámara con sangre, la limpió como puedo y siguió grabando como se desangraba el hombre por la herida el hombro y el desmembramiento de su polla. Ella había muerto ahogada con el trozo de carne en la boca y con un pulmón perforado.
-Busca algún liquido inflamable y rocía los cuerpos, suelo y paredes mientras yo hago lo mismo con el apartamento de la vieja. –Salió y se puso manos a la obra. Kowski encontró alcohol de quemar en la cocina y se puso a esparcirlo por todo el piso.
Cuando acabaron de empaparlo todo con diferentes productos les prendieron fuego y lo contemplaron unos segundos. Salieron caminando despacio y chocándose las manos por el buen trabajo, en la calle caía una lluvia torrencial y no se veía a más de un metro, la policía no daba señales de vida.
 Era un edificio viejo, no tenían sensores de incendios. En las cuatro plantas solo había cuatro vecinos, los dos del primer piso, el matrimonio que se estaba quemando y la vieja.

El blog tuvo un índice de entradas como nunca se había visto.

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